Hoy por hoy vivo días de intensa confusión. Perdido entre un
mundo de recuerdos y vivencias previas de un pasado que ahora parece mejor y el
umbral de un presente al que miro de reojo y con desconfianza y al que no me
animo a entrar. Ese pasado en el que creía que había evadido mi “llamado a ser”
y me había convertido en lo que los demás - y quizás yo mismo – querían que
fuese. Me visualizaba cumpliendo los mandatos sociales preestablecidos, y
soñaba con esa casa, con la familia y con los hijos. Hoy veo con pesar diluirse
esas imágenes tras la niebla de mi porvenir. Finalmente me pasó lo que tanto
temía. Recuerdo cuando hace unos años un amante me dijo “para mi tu
bisexualidad es sólo un estada de transición”, frase que escuché con recelo e
incredulidad. Me sentía muy seguro en ese momento. Lamentablemente nuestra
psiquis es intrincada y cambiante. Pero aprendí a ponerla en stand by. Si ya se, básico mecanismo de
defensa.
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