viernes, 10 de febrero de 2012

La mirada de uno mismo


Que difícil resulta aceptarse. Dia a dia intento descubrirme, me miro e intento reconocerme. Todas las mañanas me levanto y me miro frente a ese espejo. Ese espejo tirano que me devuelve imágenes borrosas, pedazos de mi mismo que intento ensamblar con locura. Me miro, me observo, me juzgo. Mi propia mirada me acosa, me penetra vilmente sin dudarlo, puedo sentirla frente a mi, inquisidora como de costumbre y no dispuesta a marcharse. ¿Es acaso posible que me esté pasando esto? Me repito una y otra vez, mientras imágenes parásitas invaden mi mente. Esas imágenes que intentan recordarme sin cansancio que efectivamente estaba disfrutando aquel beso la noche anterior. ¿Cómo fue posible llegar a eso? ¿Fue acaso el alcohol que trastorno severamente mi juicio? O simlemente fue el resultado de una serie de acontecimientos que me llevarían indefectiblemente a estar en ese instante y en ese lugar, para que finalmente ocurriera lo que sucedió. Besé por primera vez a un hombre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario