Que difícil resulta aceptarse. Dia a dia intento
descubrirme, me miro e intento reconocerme. Todas las mañanas me levanto y me
miro frente a ese espejo. Ese espejo tirano que me devuelve imágenes borrosas,
pedazos de mi mismo que intento ensamblar con locura. Me miro, me observo, me
juzgo. Mi propia mirada me acosa, me penetra vilmente sin dudarlo, puedo
sentirla frente a mi, inquisidora como de costumbre y no dispuesta a marcharse.
¿Es acaso posible que me esté pasando esto? Me repito una y otra vez, mientras
imágenes parásitas invaden mi mente. Esas imágenes que intentan recordarme sin
cansancio que efectivamente estaba disfrutando aquel beso la noche anterior.
¿Cómo fue posible llegar a eso? ¿Fue acaso el alcohol que trastorno severamente
mi juicio? O simlemente fue el resultado de una serie de acontecimientos que me
llevarían indefectiblemente a estar en ese instante y en ese lugar, para que
finalmente ocurriera lo que sucedió. Besé por primera vez a un hombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario